La imparable evolución de las policías locales en los últimos cuarenta años es indiscutible. La asunción de responsabilidad en materia de seguridad local por parte de los ayuntamientos democráticos en los años setenta supuso el descubrimiento para muchos del potencial humano que representaban los Cuerpos de Policía Local al servicio de la ciudadanía de los municipios.
Sin duda, con mayor o menor interés los sucesivos gobiernos municipales han ido desarrollando el área competencial en seguridad con vista a mejorar servicios que permitieran una mejor calidad de vida a vecinos y vecinas.
Sobre la base inicial de un colectivo con apenas formación, con pocas exigencias para ingresar, pero con mucho interés y vocación, se ha ido levantando generación a generación, promoción a promoción un vasto cuerpo de seguridad publica local que alcanza en la Comunidad Valenciana más de 11.000 efectivos.
La coordinación, unificación de imagen, de procesos selectivos de acceso y promoción, de instancias formadoras, de estructuras y organización básicas, de derechos y deberes…, ha sido consecuencia esperada del compromiso adquirido por el pueblo valenciano en su estatuto de autonomía.
Sin embargo, tras esos más de cuarenta años seguimos reclamando un mayor grado de implicación, audacia y decisión política para perfeccionar el objetivo esencial de todo progreso humano, la mejora constante, la profesionalización total del colectivo.
Pasamos en su día, año 1999, de exigir para el ingreso la titulación de graduado escolar, a demandar el Bachillerato superior o acceso a la Universidad. Ello supuso un espaldarazo muy importante en la preparación exigida de entrada y con ello se llegó a tener las cotas más altas conocidas de personal de policía estudiando en las aulas universitarias.
Pero la inmensa mayoría de las personas que ingresan de nuevas desconocen la realidad de los cuerpos de policía local, sus servicios, el día a día, las vicisitudes. Sus conocimientos son escasos, solo teóricos aprendidos en los temarios de las oposiciones. Y ello porque seguimos arrastrando un déficit en cuanto a la identificación de la profesión en el ámbito de la formación para el empleo. En la preparación de las chicas y los chicos que desearían formarse para ser policías; para servir a la ciudadanía en seguridad.
Comprobamos como otras profesiones como mínimo igual de dignas ya tienen su correlato en el ámbito formativo dentro de los estudios reglados en formación profesional: Hostelería, Gestión Forestal y del Medio Natural, Artista Fallero, Dirección de cocina, Emergencias (nuestros compañeros de bomberos), etc…, y no encontramos esa misma voluntad de configurar unos estudios académicos-profesionales y reglados en nuestro caso, a pesar de los años y años que venimos insistiendo.
En 2019 se anunciaron por el Gobierno más de 80 nuevas profesiones a incluir dentro del abanico de la Formación Profesional reglada. Ninguna reflejaba nuestras demandas como policías.
¿Qué más argumentos hay que presentar?
Imagino nuevas generaciones, promociones de chicas y chicos accediendo a las plazas de policía local con una formación previa en el instituto, con un título habilitante de formación en seguridad pública.
Con una formación desde jóvenes en valores democráticos, derechos humanos, en derecho penal, en criminología, en primeros auxilios, en seguridad vial, en deontología profesional…..
Por todo lo expuesto he iniciado una campaña de recogida de firmas a través de la plataforma de https://www.change.org/FormacionProfesionalPoliciaLocal
(*) Coordinador “SecurPolitic”
Comité pro-Fundación para el Estudio
y Desarrollo de las Políticas en Seguridad Pública.