Por Javier Ojer Alonso
Comunicación.
Sección Sindical CCOO
Policía Foral
La
vuelta al cole ya ha comenzado, y con ella, los políticos y las políticas de
nuestra comunidad –forales ellos y ellas- van tomando las riendas de sus
respectivos departamentos. El nuestro, el de Interior, también lo ha hecho, y
así se lo reconocimos desde la Sección Sindical de CCOO en Policía Foral a las
pocas horas de tomar posesión de su cargo. Hechas las presentaciones, ahora
toca comenzar a lidiar con los numerosos temas pendientes que el anterior
equipo ha dejado encima de la mesa.
De
entre ellos, me detendré en uno en especial: la jubilación anticipada de las
mujeres y los hombres de la Policía Foral. Una reivindicación que CCOO en
particular ha enarbolado desde hace más de una década, y que en diciembre
pasado ya tuvo una primera satisfacción tras la aprobación por el Consejo de
Ministros de la jubilación de todos los cuerpos de policía local de España. Un
día antes de la rúbrica tuve el honor de asistir a un encuentro que tuvo lugar
en la sede de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP).
Encuentro en el que el presidente de este organismo, el socialista y alcalde de
Vigo, Abel Caballero, mostró su orgullo por el trabajo bien hecho, y por el
logro que al día siguiente iba a suponer la aprobación del Real Decreto por el
que se establece el coeficiente reductor de la edad de jubilación en favor de
los policías locales.
Caballero
lo resumía muy bien: el trabajo bien hecho siempre tiene su recompensa. Un
trabajo constante, persistente y complicado, recorrido por los sindicatos
policiales presentes en las plataformas por la jubilación de las policías
locales y autonómicas, así como
por la representación de los municipios y la propia Secretaría de Estado de
Seguridad Social. Era de justicia que se recogieran los frutos. Unos frutos que
han llevado a que muchos y muchas policías locales de España hayan podido optar
a una jubilación anticipada tras toda una carrera profesional ya de por sí
extensa y no exenta de riesgos. Una reivindicación que se consiguió para las
policías locales pero que dejó a un lado a tres de las cuatro policías
autonómicas que operan en la seguridad pública de España; a saber, la Policía
Foral, los Mossos d’Esquadra y el Cuerpo General de Canarias (la Ertzaintza ya
tiene aprobada su jubilación desde el año 2010).
Así
están las cosas. Los cuerpos de seguridad de ámbito nacional, Guardia Civil
y Cuerpo Nacional de Policía,
cuentan con distintas posibilidades de pase a la reserva o jubilación, por el
sistema de clases pasivas que sigue vigente en una parte muy importante de
ambas organizaciones. Es cierto que desde el año 2011 las nuevas
incorporaciones a estos cuerpos policiales están incluidas en la Seguridad
Social y no en las clases pasivas. Los cuerpos de policía local tienen ya
reconocida la jubilación anticipada tras la aprobación de los correspondientes
coeficientes reductores en sus carreras profesionales. Y los cuerpos
autonómicos, a excepción de la Ertzaintza, aún están pendientes de que
concluyan sus respectivos expedientes de tramitación de la jubilación.
Éste
es el escenario en el que nos encontramos. Es cierto que el empuje que la FEMP
dio a todo el procedimiento fue primordial para que un gobierno socialista
concluyera la tramitación de forma definitva. Es cierto también que en el caso
de la Policía Foral, el anterior equipo de Interior de la Consejera Beaumont
dejó pasar el tiempo sin pena ni gloria en este asunto; unas veces por la “incomprensión”
del Gobierno Central de Mariano Rajoy para con el de Uxúe Barkos, y otras por
la “incomprensión” de su consejera hacia el Cuerpo Policial que le tocó
dirigir. Sea por un motivo o por otro, lo cierto es que se dejó pasar una
excelente oportunidad de haber impulsado de forma seria y proactiva un
procedimiento que, además de sus tintes administrativos, tenía otros muchos
políticos. Y en esas estamos.
Navarra
cuenta con un gobierno liderado por la socialista María Chivite. Todo parece
indicar que España contará, más pronto que tarde, con un gobierno liderado por
el también socialista Pedro Sánchez. Dos socialistas que deben apostar por la
igualdad de trato y por la no discriminación de las policías autonómicas con
respecto a las demás. Es el momento de que el nuevo equipo de Interior de
Javier Remírez y él mismo impulsen y defiendan esta reivindicación como suya.
Desde CCOO mano tendida y trabajo serio y con garantías. Ahora no hay excusas
de interlocución. Es tiempo de conseguir un verdadero rejuvenecimiento de
nuestra plantilla, ya mermada y asfixiada por la elevada media de edad. Una
renovación ambiciosa de nuestro capital humano que redundará sin duda en un
mejor servicio público de calidad.