sábado, 26 de febrero de 2022

Alarma en la Policía Foral Navarra por el aumento de las agresiones externas.

 


Por Javier Ojer Alonso (*)



Comenzaré por el final. Las agresiones a los y las agentes de la Policía Foral están aumentando. Fin de la cita. Es una situación que, desde CCOO, venimos denunciando desde hace años en Navarra; también en Europa, como miembros de la Confederación Europea de Seguridad (EuroCop). Es un fenómeno que, desafortunadamente, no solo nos afecta a nosotros, sino que se expande de forma peligrosa por el conjunto de cuerpos policiales españoles y europeos.


En el año 2011 se registraron 16 agresiones en la Policía Foral. Diez años después, en 2020, la cifra aumenta hasta las 53, es decir, experimentamos un incremento en la violencia hacia la policía de un 331%. Una cifra inasumible por nuestro colectivo y que con ella se pone de manifiesto que algo se está haciendo mal.


Dentro del ámbito de la prevención de riesgos laborales, cuando se habla de agresión externa se pone el foco en todas las amenazas, insultos y lesiones que pueda sufrir el personal de la Administración en el ejercicio de su actividad profesional o como consecuencia directa de la misma. Así, se identifican las agresiones físicas, las amenazas, los insultos, las amenazas e insultos, las amenazas y agresión física, las amenazas, insultos y agresión física, y los insultos y agresión física. Como se puede observar, la agresión física está prácticamente en todas las tipologías posibles.


En el caso de la Policía Foral es evidente que cuando una persona, en el ejercicio de sus funciones, sobre una agresión, normalmente, ésta es física. Ni qué decir tiene que a una agresión física le acompañan, en la mayoría de las ocasiones, los insultos y las amenazas. La palabra precede siempre a la acción. Alguno podría inferir de estas afirmaciones, aquello de que estas situaciones “van en el sueldo”. Pero no, el hecho de ser policía no implica la obligatoriedad de tener que asumir como propias unas situaciones violentas que nadie debería soportar.


Pero quedémonos con ese aumento del 331% de estas acciones violentas sobre los legítimos garantes de la seguridad pública de la ciudadanía. Una cifra a la que hay que poner freno desde la propia Administración. Una cifras, las de las agresiones que, en el período comprendido entre 2011 y 2020 han pasado de 16, 36, 18, 26, 27, 37, 25, 37, 43 hasta los 53. 


¿Por qué aumentan las agresiones a los policías? Muchas son las razones que se pueden dar para explicar el comportamiento de una pequeña parte de la sociedad que atenta contra los agentes de la autoridad. Si vemos los datos de 2019, previos a la pandemia de la Covid-19, en ese año se produjeron 43 episodios violentos contra policías forales. Un año después, y ya inmersos en la vorágine de la pandemia, aquellos aumentaron un 123%, llegando hasta los 53 casos. Téngase en cuenta que en 2020 hubo varios meses en los que la movilidad de la población se vio reducida de manera importante. Aún así, las agresiones aumentaron.


CCOO es el único sindicato de España que representa a todas las policías autonómicas y locales en EuroCop, como miembro de pleno derecho. Esta Confederación es el único organismo representativo de la policía que es miembro de la Confederación Europea de Sindicatos (ETUC) y de la Federación Europea de Sindicatos (ETUF); también tiene derechos de participación en el Consejo de Europa.


 El pasado 8 de febrero, el Presidente de EuroCop, Callum Steele, pidió al Parlamento Europeo que tome medidas sobre la epidemia de violencia contra los policías. Afirmaba, acertadamente, que los policías son los protectores de primera línea de la sociedad, y que han estado sujetos a presiones sin precedentes en los últimos dos años mientras hacían cumplir los cierres y restricciones por la COVID-19. Estas restricciones, altamente politizadas y singularmente desafiantes desde una perspectiva social, han ejercido una presión inimaginable sobre los policías europeos, tanto desde la perspectiva de la salud física como de la salud mental. De hecho, los policías no solo tienen un mayor riesgo de infección y reinfección por esta enfermedad, en comparación con la población general, sino que también han soportado la peor parte de la ira social con respecto a los bloqueos que ha implementado la gran mayoría de los gobiernos europeos. 


Cuando los políticos guardan silencio sobre la violencia que se inflige sobre los policías, los violentos se envalentonan, y esto desalienta a la sociedad. Si la violencia contra la policía se percibe como aceptable, la violencia en general aumenta y, como consecuencia, aumenta la inseguridad ciudadana. Hagan algo, señores y señoras políticos. Den a la policía los instrumentos legales y materiales necesarios para garantizar el libre ejercicio de los derechos y libertades de la ciudadanía.


(*) CCOO-Policía Foral Navarra

jueves, 24 de febrero de 2022

SecurPolitic manifesta la seua adhesió al manifest "No a la guerra, una altra vegada"



NO A la GUERRA (UNA ALTRA VEGADA)La ciutadania exigeix la resolució pacífica de la guerra a Ucraïna, el respecte als drets humans i el dret de refugi i asil.


Com fa quasi 20 anys, la ciutadania torna a eixir als carrers a cridar “No a la guerra”. Hui -com fa quasi dues dècades a l'Iraq-, ens enfrontem a Europa a un nou conflicte bèl·lic, que posa en perill la vida de milions de persones a Ucraïna, i la pau a tot el món. Una guerra en la qual hi ha potències que acumulen ingents arsenals armamentístics, incloses armes nuclears, i de la responsabilitat de les quals a l'hora d'usar-les cal sospitar.

No hi ha guerres justes o injustes. Totes generen un sofriment intolerable, retallen vides, destrossen famílies, cultius i mitjans de vida de la població. Generen violacions greus dels drets humans, assassinats, tortures i violacions, que pateixen especialment dones i xiquetes. Són la causa que desenes de milers de persones es vegen obligades a fugir de bombardejos i atacs, a la recerca de refugi i acolliment en països segurs.

Des de diferents organitzacions de la societat civil a tot el món -també en la Comunitat Valenciana- portàvem setmanes exigint a Rússia i a l'OTAN que prengueren les mesures necessàries per a reduir la tensió i garantir el diàleg. Hui, aquestes peticions són més necessàries que mai. En aquests moments en els quals regna la mort i la destrucció, exigim:

A les forces en conflicte, que posen fi de manera immediata a les accions militars a Ucraïna, ordenen el replegament de les seues tropes i desmilitaritzen el país. Que respecten el dret internacional humanitari i garantisquen l'activitat de les agències de Nacions Unides i les organitzacions humanitàries que treballen des de fa temps amb la població local.

A Rússia i a l'OTAN, que reprenguen amb urgència la via diplomàtica i el diàleg per a solucionar les seues diferències i arribar a un acord durador que garantisque la pau a Europa, posant el respecte als drets humans i la seguretat de les persones en el centre de qualsevol decisió.

Al Govern espanyol i a la Unió Europea, que no donen suport militar en aquest conflicte, impulsen mesures contundents no violentes que dissuadisquen de la guerra, inclosa la desmilitarització de la regió, i assumisquen un rol actiu en la defensa de la via diplomàtica i en l'acció humanitària.

A la Unió Europea, que posen en marxa immediatament un pla d'acolliment humanitari a les persones que fugen del conflicte a Ucraïna, per a garantir la seua seguretat i l'atenció a les seues necessitats més immediates, en el qual col·laboren tots els Estats membres, inclosa Espanya.

La ciutadania ens manifestem en favor de la pau a Ucraïna, i en els més d'una trentena de conflictes que assolen diferents punts del nostre planeta, especialment en països empobrits.

La guerra mai ha sigut la solució. La guerra és dolor i mort, fracàs i destrucció. Per això cridem, una altra vegada, NO A LA GUERRA!


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NO A LA GUERRA (OTRA VEZ): La ciudadanía exige la resolución pacífica de la guerra en Ucrania, el respeto a los derechos humanos y el derecho de refugio y asilo.


Como hace casi 20 años, la ciudadanía vuelve a salir a las calles a gritar “No a la guerra”. Hoy -como hace casi dos décadas en Irak-, nos enfrentamos en Europa a un nuevo conflicto bélico, que pone en peligro la vida de millones de personas en Ucrania, y la paz en todo el mundo. Una guerra en la que hay potencias que acumulan ingentes arsenales armamentísticos, incluidas armas nucleares, y de cuya responsabilidad a la hora de usarlas cabe sospechar.

No hay guerras justas o injustas. Todas generan un sufrimiento intolerable, cercenan vidas, destrozan familias, cultivos y medios de vida de la población. Generan violaciones graves de los derechos humanos, asesinatos, torturas y violaciones, que sufren especialmente mujeres y niñas. Son la causa de que decenas de miles de personas se vean obligadas a huir de bombardeos y ataques, en busca de refugio y acogida en países seguros.

Desde diferentes organizaciones de la sociedad civil en todo el mundo -también en la Comunitat Valenciana- llevábamos semanas exigiendo a Rusia y a la OTAN que tomaran las medidas necesarias para reducir la tensión y garantizar el diálogo. Hoy, estas peticiones son más necesarias que nunca. En estos momentos en los que reina la muerte y la destrucción, exigimos:

A las fuerzas en conflicto, que pongan fin de forma inmediata a las acciones militares en Ucrania, ordenen el repliegue de sus tropas y desmilitaricen el país. Que respeten el derecho internacional humanitario y garanticen la actividad de las agencias de Naciones Unidas y las organizaciones humanitarias que trabajan desde hace tiempo con la población local.

A Rusia y a la OTAN, que retomen con urgencia la vía diplomática y el diálogo para solucionar sus diferencias y llegar a un acuerdo duradero que garantice la paz en Europa, poniendo el respeto a los derechos humanos y la seguridad de las personas en el centro de cualquier decisión.

Al Gobierno español y a la Unión Europea, que no presten apoyo militar en este conflicto, impulsen medidas contundentes no violentas que disuadan de la guerra, incluida la desmilitarización de la región, y asuman un rol activo en la defensa de la vía diplomática y en la acción humanitaria.

A la Unión Europea, que pongan en marcha inmediatamente un plan de acogida humanitaria a las personas que huyan del conflicto en Ucrania, para garantizar su seguridad y la atención a sus necesidades más inmediatas, en el que colaboren todos los Estados miembros, incluida España.

La ciudadanía nos manifestamos en favor de la paz en Ucrania, y en los más de una treintena de conflictos que asolan diferentes puntos de nuestro planeta, en especial en países empobrecidos.

La guerra nunca ha sido la solución. La guerra es dolor y muerte, fracaso y destrucción. Por eso gritamos, otra vez, ¡NO A LA GUERRA!

domingo, 20 de febrero de 2022

La intervención de Policía Local con las llamadas Bandas Latinas.

 


Por David Garfella Gil. (*)


En la actualidad, se ha producido (como ocurre en otras ocasiones) una serie de informaciones que han puesto el punto de mira lo que los medios de comunicación denominan “peligrosas bandas latinas”. Este “estado de alarma social”, se transmite a la población y desde allí se pide la actuación de la policía para atajar este problema, y nosotros como su policía debemos responder, por ello sería conveniente apuntar algunas reflexiones y conceptos al tratar policialmente este fenómeno de rabiosa actualidad. 

Tal vez sería conveniente comenzar por definir que son “bandas latinas” (omito lo de peligrosas porque todas las bandas con naturaleza criminal lo son) , y diferenciar desde un primer momento que son bandas organizadas, estructuradas con finalidad criminal , y por otro lado que son grupos de personas que interactúan o se relacionan con el paraguas de pertenecer a   una o varias nacionalidades,  que pudieran ser coincidentes con una determinada procedencia territorial o cultura o etnia  y que en algunos casos estas agrupaciones pudieran dar lugar a que cometieran hechos delictivos y en particular los que más nos interesan a nosotros los policías, las  agresiones con armas por conflictos de territorialidad, ideología, enemistad histórica o incluso la nacionalidad, pues esto último son indicadores de polarización que pueden llevar a determinar que estamos ante un delito de odio.

 Comencemos por algunas definiciones la Real Academia Española de la Lengua define banda, como “grupo de gente armada”, y “pandilla juvenil con tendencia al comportamiento agresivo”.

También en el ámbito internacional encontramos el término inglés "Gang" para definir aquella asociación formada por iguales los cuales comparten un mismo grupo, bajo una misma denominación y simbologías, con un líder definido, en un marco geográfico determinado, con una organización interna, con unas costumbres propias (Howell, 1997). Añadir que dichos grupos tienen como principios perdurar en el tiempo y que disponen de estructuras y organizaciones piramidales.

Por lo tanto, por bandas latinas entenderíamos los grupos organizados que vienen del continente americano llamados Gangs o Pandillas. 

La Generalitat de Catalunya (en el manual publicado a mi juicio más completo desarrollado hasta el momento) con el título “Los Grupos Urbanos Violentos y los delitos de odio” cuyo autor es Joan Ramon Caballero Casas en 2017, introduce el concepto amplio de Nuevos Grupos Juveniles Organizados y Violentos (NGJOV):

a) Grupos juveniles: También llamados bandas o pandillas. El concepto “grupo” permite la identificación concreta con el nombre propio de un grupo, o incluso un subgrupo (capítulo, pueblo, etc.) y con una simbología (emblemas, gesticulaciones, colores, tatuajes, grafitis, expresiones, etc.). Abarcan tanto a los mayores de edad como a los menores.

b) Organizados: Disponen estructura interna definida y jerárquica que se vertebra de forma propia dependiendo de los grupos. 

c) Violentos: La violencia es el estandarte de la mayoría de estos grupos. 

d) Nuevos: La reciente creación de los mismos les hace ganarse este adjetivo. Sus referentes son aquellas pandillas de América Latina y Estados Unidos de las cuales imitan sus comportamientos y costumbres.

Otra de las cuestiones relevantes policialmente sería concretar, el origen y las denominaciones de estas bandas, el concepto banda debemos se encuentra a principios del siglo XX en los Estados Unidos donde grupos de un barrio compartían aficiones comunes que les llevaban a enfrentarse con otros grupos rivales cuando sus objetivos chocaban.

De entre las bandas latinas existentes destacan aquellas que conocemos por su relevancia mediática o por el elevado número de miembros. Destacamos: 

1.- Latin King:  origen en la década de los años 40 en las prisiones de Chicago (Estados Unidos). con una estructura fuertemente estratificada.

 2.-Ñetas: Fundada como una asociación latina en 1979 cuyo objetivo era defender los derechos de los presos internos en la prisión de Oso Blanco (Puerto Rico). Son importantes sus colores blanco, azul y rojo (colores de la bandera de Puerto Rico) , su estricto código de conducta y en su indumentaria el uso de collares cargados también de simbología. Estas prendas están formadas por corazones / bolas de color blanco, rojo y azul.

3.- Dominicans Don’t Play

Dominicans Don’t Play (DDP) es una banda dominicana que se fundó en New York, años  1990. Podría calificarse de sectaria, con una disciplina interna enorme y con castigos si se incumplen las normas. 

4.- Trinitarios

Trinitario, también conocido como 3ni, es una banda latina de expansión internacional  formada en las cárceles de Nueva York Su vestimenta se caracteriza por el uso de pañuelos de color verde junto con collares azules, blanco, rojo y verde lima. Estos colores representan la bandera de República Dominicana.

5.- Mara Salvatrucha

Nace en los Ángeles (California, E.E.UU.) a finales de la década de los ’60 de manos de un grupo de exguerrilleros salvadoreños huidos de la guerra civil en su país de origen. Se caracterizan por el uso del tatuaje, destacando entre ellos calaveras, cinco puntos, lágrimas, dos caras de un payaso, cicatrices y quemaduras, tres puntos negros (“La Vida Loca”), M13 o M18, son algunos de los tatuajes empleados por sus miembros.

Sobre la presencia en España, fundamentalmente en Madrid y Barcelona, de los grupos urbanos violentos de origen latino se documenta la existencia de 6 organizaciones principalmente: Latin King, Ñetas, Dominicans Don’t Play, Forty Two, Trinitarios y Blood. Además existen  grupos locales de origen latino que copian el modelo de banda, pero sin tener vínculos internacionales.

Otra de las cuestiones importantes son las características de las bandas, a modo de ejemplo: 

Estética y nacionalidad de la banda : Cada banda adopta una serie de elementos de su simbología de grupo en los que destacan los colores y los collares. Normalmente van relacionados con la bandera del país en el que se fundó la banda. 

Nacionalidad del individuo : Suelen llevar algún elemento que los identifica con su país de origen o el de sus padres. Habitualmente son los colores de la bandera o algún emblema que represente su procedencia. 

El uso de colgantes: Los collares se llaman Colores o Prendas y nos dan información sobre la pertenencia a una banda latina determinada, y en la mayoría de casos nos dice la posición dentro de la banda. El colgante suele ser de piezas de plástico o cerámica.

El uso de bandanas (pañuelos con diferentes colores) las suelen llevar en las muñecas o en la frente, en función de si quieren pasar desapercibidos o no. 

La función de la Policía  Local y su  intervención  con respecto a estas bandas , está relacionada con sus funciones de proximidad y sobre todo con la gestión de información obtenida en sus labores de prevención y vigilancia, sin descartar su intervención por supuesto ante los delitos flagrantes. Es importante sin duda la detección de los grupos en sus momentos de implantación, así como la adecuada transmisión de información a los grupos especializados de otras FFCCS , más especializados en estos tipos delincuenciales.

Por otro lado, tal vez nuestra misión estaría en descubrir que como se referenciaba al principio, si estamos ante bandas latinas organizadas o  bien ante grupos de una o varias nacionalidades que cometen actos delictivos pero sin una pertenencia a organización,  entonces en caso de detectar delitos motivados por la discriminación hacia la ideología, el origen o la rivalidad histórica podemos estar ante un indicador d polarización de un delito de odio.

Por todo ello y como conclusión, la función de proximidad y la información que de ella obtenemos se vuelve a poner en valor, para ayudar a nuestra sociedad a eliminar cualquier forma de quebranto de la normal convivencia, siendo sin lugar a dudas, una serie amenaza para esta la presencia de estas organizaciones en nuestros barrios, pueblos y ciudades.

(*) Inspector Policía Local

jueves, 17 de febrero de 2022

SecurPolitic publica su segundo anuario, correspondiente a 2021.

 


Presentación del anuario núm 2.

Enero 2022


Tienes un tus manos el segundo número del anuario de SecurPolitic correspondiente al año 2021.

Como sabes, nuestro compromiso sigue vivo con la Seguridad Pública desde los ámbitos más centrados en el análisis, estudio y valoración de las opciones de futuro que se nos plantean en el entorno en el que vivimos, el local y autonómico en primera instancia sin descartar el estatal.

Te recuerdo que inicialmente el objetivo era el de crear una Fundación para el estudio de las políticas de seguridad pública y su desarrollo práctico, de tal manera que pudieran aportarse desde el análisis sosegado el máximo de posibilidades y alternativas que hicieran viable un proyecto de bienestar a la ciudadanía capaz de conjugar los derechos inalienables a la libertad y a la seguridad.

Un análisis desde la óptica progresista, en la que los conceptos fundamentales se basan en la búsqueda permanente e inacabable de la mejor convivencia social posible.

La realidad administrativa por la que se requiere de un importante desembolso inicial de dinero para garantizar la inscripción y registro de la Fundación nos obligan a comenzar el camino desde esta modesta opción que representa una página web (SecurPolitic), un correo electrónico (securpolitic@gmail.com) y un espacio en Facebook (https:// www.facebook.com/securpolitic/)

No obstante, seguimos empeñados en que en la medida que las colaboraciones e interés por nuestro trabajo pueda ir tomando cuerpo podremos emprender con garantías otras posibilidades que siempre quedarán abiertas.

Muchas Gracias.

Julio Conesa. 
Coordinador.

Acceso al anuario para descargar

lunes, 14 de febrero de 2022

La Policía Local, un cuerpo atrapado en el tiempo.

Por Rubén González Boix (*)


Visión retrospectiva del estatuto de la Policía Local.


Tal y como aconteció en aquel ingenioso film de 1993 'Groundhog Day' (estrenada en España bajo el título 'Atrapado en el tiempo'), donde el actor Bill Murray encarnaba a un meteorólogo en crisis llamado Phil que acude a Punxsutawney para cubrir el famoso evento y que por circunstancias climatológicas se ve forzado a vivir el mismo día una y otra vez. Resulta recurrente la necesidad inaplazable de crear un organismo nacional de coordinación de las Policías Locales o mejor dicho el establecimiento de un estatuto nacional de Policía Local, unificando estos cuerpos dispersos y asimétricos en un solo cuerpo.


El número 5 de la revista URBE, publicada en octubre de 1935, semanario creado para defender los intereses del “Benemérito Cuerpo de la Policía Urbana”, apolítico y de carácter profesional, en sus páginas dejaba patente por aquel entonces que ya se consideraba “necesaria y urgentísima una restructuración orgánica de toda la Policía Urbana española” animando a todos los integrantes de las Policías Urbanas para contraer la obligación de trabajar en pro de la constitución del cuerpo nacional de policía urbana. Se estaba gestando entonces un nuevo Estatuto Municipal cuya publicación se produjo un mes después y que desde luego no llego a satisfacer las tan ansiadas aspiraciones.


Casi 90 años después seguimos planteando las mismas urgentísimas e inaplazables necesidades. ¿Qué tiene que ver la Policía Local de 2022 con aquella Policía Urbana de 1935?


La mejor forma de no cometer los errores del pasado es aprender de ellos, si nos centramos en la provincia de Valencia casi con toda seguridad podemos afirmar que nuestra Policía Local tiene una antigüedad de 150 años, la Guardia Municipal de Valencia se constituyó entre los años 1870 y 1873, la de Alzira en 1874 y así sucesivamente fueron creándose cuerpos municipales a finales del siglo XIX. Otros territorios fueron más precoces en la constitución de los cuerpos municipales, analizar todos ellos resultaría una ardua tarea, pero en nuestro caso existe una correlación de hechos que nos hace llegar a una conclusión, la motivación para crear estos cuerpos fue en gran medida propiciada por el vacío en la seguridad urbana causado por la disolución en 1868 del cuerpo de Guardia Rural de esta provincia, conocido popularmente como “Els minyons de Valencia” y que oficialmente se llamaba “Compañía Solta de Fusellers del Regne de València”, estuvo operativa entre los años 1774 y 1868, cuando fue disuelto por la Junta Revolucionaria “La gloriosa”.


Si esta fue la única causa o tan solo una de ellas, no es definitivo pero lo que si queda claro es que la Primera República trajo consigo la creación de las primeras Guardias Municipales en la provincia de Valencia, quedando desde un primer momento clarísima la dicotomía entre el centralismo que quiere monopolizar la seguridad pública, en aquellos tiempos orden público, y el progresismo que apuesta por un modelo policial descentralizado.


La Guardia Municipal vino a cubrir parte del vacío creado por nuestra Policía Autonómica, misión que ha cumplido con creces en estos 150 años de historia. Es necesario destacar que se constituyeron en precario, es decir, sin un respaldo legal específico como el que si tuvo la Guardia Civil (1844) o las Guardia Rurales Municipales (1849) que contaron con sus reglamentos de organización estatales, solo una mera mención de la facultad del Alcalde para crear el cuerpo de la Guardia Municipal en los distintos estatutos municipales (1840-1851 y 1877) y la creación de la Junta Consultiva de Policía Urbana (1852), cuya función era la de asesorar a los ayuntamientos en la redacción de ordenanzas y reglamentos pero que en la práctica fue una institución polémica, centrada en el urbanismo municipal. Hasta los vigilantes nocturnos contaron con una Real Orden en 1834 para el establecimiento del alumbrado público y el servicio de serenos.


Lástima que no se planteara la posibilidad de que esta Junta Consultiva permaneciera en el tiempo y sirviera de hilo conductor para la unificación o coordinación de los cuerpos de Guardia Municipal, no ocurrió entonces, ni tampoco después, habrá que esperar hasta el RD de Gobernación de 1908  y el Estatuto Municipal de 1924 para encontrar las primeras normas con carácter nacional que de algún modo intenten profesionalizar y coordinar estos cuerpos de seguridad, será a partir de 1924 donde se exigirá que para el acceso al cuerpo de la Guardia Municipal sea imprescindible saber leer y escribir.


Que tiempos aquellos, tan solo 10 años después, nuestros compañeros escribían una revista de ámbito nacional promoviendo la profesionalización y unificación de los cuerpos, por entonces habían cambiado de denominación, tras el estatuto del 24 pasaron a denominarse Cuerpos de Policía Urbana.


Con todo el respeto al reglamento de funcionarios de 1952 y a las distintas normas que de forma paulatina han ido atribuyendo a los cuerpos municipales competencias en materia de tráfico, habrá que esperar a la década de los 70 para ver otro intento de salto cualitativo en el concepto de Policía Municipal, nueva denominación de estos cuerpos tras la aprobación del decreto de 1952. La circular 60/75 del Gobernador Civil de Valencia plasmó la necesidad de mantener una información fluida de los medios humanos y materiales de los que disponen las Policías Municipales “habida cuenta la urgente necesidad y conveniencia de unificar criterios de actuación, buscando la máxima coordinación en la intervención de dichas fuerzas para mayor eficacia operativa, muy especialmente por lo que se refiere a la Guardia Municipal…”


La conflictividad social de los últimos años de la dictadura sobrepasaba las capacidades de los cuerpos de seguridad nacionales y se planteó la posibilidad de que fuera la Policía Municipal quien supliera estas carencias, iniciando un proceso de coordinación y unificación que de nuevo no resultó como hubiésemos querido. Cierto es que el Decreto 823/1976 sobre funciones de la Policía Municipal en materia de Orden Público fue todo un avance y EL RD 3046/77, de 6 de octubre por el que se articula parcialmente la Ley de bases de 1975 en lo relativo a los funcionarios públicos locales, por fin estableció lo que podría ser la base reglamentaria de estos cuerpos municipales.


Parecía que esta vez si, la Policía Municipal iba a tener la relevancia merecida, muchas reuniones, muchas misivas a jefes de cuerpos de las grandes ciudades desde Gobernación, para acabar concluyendo que estos cuerpos no cuentan con la formación y la capacidad operativa necesarias para afrontar un reto de tal magnitud. La posibilidad de unificación de los años 30 se cerró con la creación de la Policía armada y el Cuerpo Superior de Policía, por su parte la de los años 70 perdió todo interés con la unificación de ambos cuerpos en uno solo, el Cuerpo Nacional de Policía, el broche final lo puso la aprobación de la Ley 2/86 de FCS, donde quedó claramente plasmado cual era nuestro lugar y nuestro cometido.


De nuevo tenemos el debate sobre la mesa, en 2018 se creó una comisión parlamentaria para estudiar el modelo policial del S.XXI, en 2022 ha muerto la marmota de Milltown Mel (Nueva Jersey) tan solo unas horas antes de la tradicional celebración del 'Día de la Marmota' quedando suspendidos los actos tradicionales de predicción del tiempo hasta encontrar un sustituto. 


Otros territorios nunca pusieron tantas expectativas en la centralidad y apostaron fuerte por sus policías autonómicas, els mossos de escuadra y la ertzantza que se constituyeron como Guardia Rural Provincial en el S.XVIII, al igual que els minyons, fueron suprimidos por la Junta revolucionaria tal y como ocurrió en Valencia, sin embargo, los dirigentes de sus territorios apostaron por reorganizar su policía autonómica. Algo más tarde Navarra siguió este camino con determinación, la Policía Foral se reorganizó a principios del S. XX, tras el paréntesis de la dictadura los tres cuerpos se consolidaron como Policías de primer orden en sus respectivos territorios. Mención merecen otras iniciativas autonómicas más modernas como por ejemplo Canarias (CGPC) o Madrid (BESCAM), que con mayor o menor acierto han sido desarrolladas.


Podemos concluir que la ansiada unificación de las policías locales a nivel nacional no parece resultar especialmente interesante a quienes deben impulsarla, o al menos, resultando interesante se encuentran demasiados obstáculos que sortear. Por suerte la marmota Phil, de Pensilvania, ha pronosticado seis semanas más de invierno. Salió de su madriguera sobre las siete y media de la mañana del día 2 de febrero y ha visto su sombra, lo cual quiere decir que el invierno será más largo.



(*) Oficial de Policía Local.