domingo, 24 de febrero de 2019

La Gestión de la Reputación en los Cuerpos de Policía Local



Por Julio Conesa

El pasado 8 de enero de 2019, asistí a una de las Jornadas organizadas por la FVMP y la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias (AVSRE) en Castellón y entre las intervenciones me llamó mucho la atención las reflexiones realizadas por el concejal de Castellón Toni Lorenzo en el sentido de que era muy necesario trabajar por mejorar la imagen reputacional de la policía local, fomentando las alianzas para la convivencia.

Sin duda un concepto que debe abrirse camino cuanto antes al interno de la cultura policial.

En un mundo cada vez más interconectado y globalizado, gestionar la Reputación institucional y minimizar el riesgo reputacional son dos de los retos más importantes a los que se deberían enfrentar a diario los responsables de Policía Local.

Es muy importante la imagen que la ciudadanía tiene de su policía local, pero con preocuparnos sólo de la imagen dejaríamos de lado muchos factores que afectan directamente a la reputación de Policía Local.

La falta de diferenciación o claridad entre los conceptos de imagen y reputación es un problema común.

En este sentido, los expertos señalan que “lograr entender que tener una imagen positiva trae consigo una reputación saludable facilita los procesos. No se trata solo de ejecutar acciones para mejorar la imagen, se trata de tener una buena imagen el 100% del tiempo” (Juan Manuel Lancha)

Debemos trabajar por evitar el riesgo reputacional, aquel al que nos exponemos cuando el prestigio o imagen corporativa tienen altas probabilidades de ser perjudicados, bien sea por elementos internos como por terceros.

O dicho de otra manera, es toda aquella acción, gesto, evento o situación que puede impactar negativamente en la identidad que queremos trasmitir.

En este sentido, considerar mejorar quién eres realmente como institución tendrá un impacto en tu reputación, el proceso no es inverso. De ahí la importancia de adaptar cuatro recomendaciones básicas a plantear:

§   Definir el Plan Estratégico de Reputación Corporativa:

Sin un plan de reputación definido, lo que sucederá es que tendremos la comunicación externa sólo enfocada en solucionar problemas del día a día o crisis periódicas, en lugar de gestionar la imagen a futuro.

§  La Gobernanza Corporativa:

Es necesario entender la dualidad de la persona en cualquier contexto. En el caso de los cuerpos de policía local es necesario conocer la dimensión profesional y personal de cada uno de los componen; por tanto, es importante tener una política definida eficaz con las personas hacia dentro y fuera del ámbitos profesional, que incorpore todo el valor humano que aportan.

Las personas deben estar plenamente implicadas y para ello deben desarrollarse y planificarse las mejoras internas que lo permitan.

§  Reorientar la Responsabilidad Social:

Es necesario que los mandos sean conscientes del impacto real de confeccionar acciones socialmente comprensibles. No como una herramientas de imagen sino implantada en todas las decisiones que se adopten.

§  Aglutinar cultura corporativa:

Generar complicidades con el tejido asociativo y la vertebración de la ciudadanía para conseguir una identificación con una cultura de seguridad pública participada será parte de la organización en todos los niveles. Sin dudas, se generará un ambiente de confianza y reconocimiento.


Finalmente, y alineados con la propuesta de Lancha, el plan integral de toda la organización debe estar regido por principios éticos claros. Solo así se conseguirá una cadena de comunicación saludable: decisiones claras y argumentadas ante la ciudadanía aportarán una imagen positiva y, por ende, una reputación indiscutiblemente positiva.

jueves, 14 de febrero de 2019

Hay que mojarse contra la violencia en el fútbol


Javier Ojer Alonso (*)


Les pongo en situación. Dos fotografías totalmente distintas. En la primera un padre sostiene con su brazo izquierdo a su hijo, menor de edad, mientras su brazo derecho permanece levantado y haciendo el saludo nazi; el niño esgrime una peineta con  el dedo corazón de su mano izquierda. El escenario, un campo de fútbol inglés. En la segunda fotografía, una niña de apenas 4 años suspendida en el aire, con los brazos totalmente abiertos, una sonrisa inmensa y bajo ella un charco de agua situado en cualquier campo que uno se pueda imaginar.
Dos fotografías, efectivamente, totalmente distintas. Podría ser el inicio y el final de una historia. La historia de la agresividad, el lenguaje no verbal violento y la intolerancia, en el caso de la primera instantánea. Y la historia de lo que queda por hacer, del compromiso, de la llamada a la acción, a mojarse por erradicar la intolerancia de los campos de fútbol en el caso de la segunda. Dos fotografías que se pudieron ver en la jornada que organizó la sección sindical de CCOO en Policía Foral, y que reunió el pasado día 1 de febrero a casi un centenar de profesionales de la seguridad pública y privada en la Sala Nicolás Oresme de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad Pública de Navarra.
Se trataba de abordar un fenómeno social preocupante, no exclusivo de nuestro país y que es necesario afrontar desde muchas perspectivas sociales y, entre ellas, la policial. El encuentro, al que además de profesionales de todos los cuerpos de seguridad que trabajan en Navarra acudieron letrados de la Federación Navarra de Fútbol y estudiantes de la facultad, fue inaugurado por el Delegado del Gobierno en la Comunidad Foral, José Luis Arasti Pérez. El trabajo que desde los poderes públicos se ha hecho y se hace para controlar el correcto desarrollo de espectáculos deportivos es innegable, pero también es verdad que la intolerancia hacia el contrario está en el ADN de muchos de los comportamientos reprochables que se ven en distintos campos de fútbol.
Tal y como afirmaron los cuatro ponentes que expusieron su experiencia, ante este fenómeno lo importante es la educación en valores, en respeto al contrario y en aceptación al distinto. De eso sabe mucho Esteban Ibarra, presidente de Movimiento contra la Intolerancia y conocido defensor de quienes sufren el acoso, el hostigamiento y la violencia por el mero hecho de ser diferentes de sus agresores. Los delitos sobre las personas por lo que son, siempre implican esa intolerancia, y los casos de violencia en el fútbol son un claro ejemplo de ello. Pese a que en nuestro país el control de la violencia en el fútbol es superior al del resto de países que nos rodean –recuérdese el dispositivo policial establecido en la final de la Copa Libertadores que se celebró en Madrid en diciembre pasado ante la imposibilidad de llevarlo a cabo en Argentina- lo cierto es que todavía queda mucho por hacer.
Los numerosos casos de enfrentamientos entre ultras de distintos equipos de fútbol con los que nos desayunamos frecuentemente ponen el objetivo en el cambio de tendencia que se está dando en algunos campos de juego. Se ha pasado del hooliganismo a la guerra de guerrillas.  Como dijo la presidenta de la Confederación Europea de Seguridad (EuroCop), Àngels Bosch cuando se requiere la actuación de la policía es porque el resto de instituciones sociales han fallado. La palabra siempre precede a la acción, pensamiento verbalizado también por Gabriel Trejo, experto en violencia urbana. Desde un punto de vista policial siempre hay que estar atento a ese lenguaje que nos rodea y que, en muchas ocasiones, por falta de formación, concienciación o recursos, pasa desapercibido. El fútbol es un negocio muy rentable. El 80% del despliegue de seguridad que se realiza en el deporte tiene que ver con éste. Muchos millones de euros que dejan al descubierto un innegable negocio.
No se entendería el exponencial desarrollo del deporte rey sin el acompañamiento de los medios de comunicación tradicionales (prensa, radio, TV) y actuales (redes sociales). Gustavo Galarreta, experto en seguridad y persona muy relacionada con los mass media, habló de la necesidad de un férreo compromiso de esos líderes de opinión para evitar “alimentar” la tensión que se vive dentro y fuera de los estadios. El lenguaje que se utiliza es, en muchas ocasiones, el más idóneo para que las conductas violentas “campen a sus anchas”.
La realidad que rodea a la violencia en el deporte es poliédrica, tiene muchas caras: fuerzas de seguridad pública, cuerpos de seguridad privados, clubes de fútbol, empresas, sindicatos, organismos como Movimiento contra la  Intolerancia…Se ha avanzado mucho pero aún existe un déficit importante. Es necesario abanderar el principio de legalidad, aplicando las leyes como debe ser. Necesitamos una mirada actual, moderna, democrática y legal.

(*) Responsable Comunicación Sección Sindical CCOO-POLICÍA FORAL

lunes, 11 de febrero de 2019

La izquierda y la gestión de la seguridad en los espacios públicos.


Por Javier Munarriz Gandía

Los espacios públicos en nuestras ciudades (calles, plazas) son los lugares de encuentro, y de convivencia de la ciudadanía, donde llegan a confluir múltiples usos y aprovechamientos, así como  públicos diversos.  Es misión de los gobiernos locales y de sus policías, que esta “confluencia”, se realice en condiciones de civismo y seguridad. 

El catálogo de situaciones sin autorización municipal, que se dan en nuestros municipios, por el uso de los espacios públicos y de potenciales conflictos es muy amplia. Siempre generan tensiones y casi siempre somos l@s policías locales, a quien nos toca intervenir y resolver el conflicto.

En todas las situaciones que a continuación apunto,  existen  posiciones e intereses económicos, sociales, políticos e ideológicos contrapuestos. 

Unos defienden que pagan impuestos, frente a otros que no. Unos apelan a razones humanitarias, de desigualdad social, de libertad de expresión, argumentando que esos comportamientos no hacen daño a nadie, etc, frente  otros que nos exigen  aplicar la norma jurídica sin más. 

Pensemos  en el tránsito de patinetes o bicicletas por las aceras, donde al peatón le asiste el derecho a caminar sin sobresaltos; miremos aquellas esquinas donde se aposta un  grupo musical o persona, que ocupando una acera cantan y piden una colaboración económica; reflexionemos sobre la venta ambulante irregular de todo tipo, alimenticia, de productos artesanales, de productos falsificados, que se produce en los grandes municipios de forma extensiva; echemos una mirada a los municipios turísticos de playa o los centros históricos con  las personas que se dedican a tareas de aparcacoches a cambio de “la voluntad”.

Señalemos también que aunque se erradicó ya la mendicidad infantil, en municipios turísticos convivimos con personas que piden ayuda económica aludiendo a precariedades sociales (enfermedades, paro, necesidades familiares) en lugares muy transitados.

En todas ellas, somos requeridos para solventar dichos conflictos, como si l@s policías locales tuviésemos la varita mágica o pudiésemos consultar el libro de recetas rápidas y fáciles. De todas las situaciones expuestas, si excluimos la circulación de patinetes y bicicletas por lugares no adecuados, que concita una recriminación aprobatoria mayoritaria, y de los cantantes espontáneos, donde la división de opiniones es manifiesta, prácticamente del resto, detrás de la mayoría de estas situaciones aparece una causa de desigualdad económica y social, de migración, en suma de subsistencia vital.

Nosotros los hombres y mujeres de las policías locales, también tenemos corazón. Somos ciudadanos con uniforme ocho horas y otras dieciséis ciudadanos de a pie, con los mismos sentimientos, y preocupaciones que el resto de ciudadanía, pero con unos deberes deontológicos que nos obligan.

Es bastante habitual que nuestras intervenciones generen división de opiniones entre el público espectador y lo más desagradable es recibir descalificaciones de que somos fuertes con los débiles y débiles con los fuertes. Pero siempre nuestras actuaciones se guían por los principios jurídicos de: legalidad, necesidad, idoneidad y el de proporcionalidad.

Se pueden sintetizar en dos notas; legalidad y proporcionalidad. Pese a lo arriesgado de meter a todos los gobiernos en el mismo saco, por supuesto habrá excepciones, cabe preguntar a los gobiernos municipales de izquierda, nacidos en el 2015, y preguntarnos,  si han hecho sus deberes, respecto a la modificación de las ordenanzas municipales o han puesto los medios para afrontar dichas  situaciones. Mi respuesta es que no. Basta leer los programas electorales de mayo del 2015, para detectar las carencias en este campo. No se recogían respuestas a estas problemáticas. Incluso en los que sí apostaban por una nueva forma de hacer política, ejemplo de nuevos enfoques en el tema de venta ambulante ilegal, como fueron Madrid y Barcelona, dibujando alternativas como cooperativas, pocos de estos proyectos se han materializados a día de hoy. 

Leyendo las noticias proporcionadas por los medios de comunicación, asistimos a un cruce de reproches tanto externa como internamente en los ayuntamientos, llegando a mezclarse también cuestiones sindicales y políticas.  Pero debajo de todo este ruido mediático, ligado a lo que hacemos o dejamos de hacer las policías locales en los espacios públicos, me da la sensación de que los cambios de políticas y de normativas para encarar con nuevos enfoques ciertas situaciones de desigualdad no están teniendo la celeridad que la sociedad demanda. 

También a nivel interno en los cuerpos policiales, tampoco se avanza en protocolizar las actuaciones, que den luz y parámetros en la intervención. Está claro que son temas complejos, pero se deben abordar para orientar la acción de las patrullas en los espacios públicos. De tal forma que l@s policías locales tenemos que seguir haciendo frente a estos viejos conflictos, sin nuevos instrumentos legales, ni enfoques operativos detallados. Ante ello, tenemos que explicar tanto a la ciudadanía en general como en algunos casos a políticos de gobiernos municipales de izquierda, que no podemos cerrar los ojos, ni dejar de intervenir. Estaríamos haciendo dejación de nuestras obligaciones con responsabilidades administrativas, e incluso penales. Cambien nuestro poder discrecional, no puede ser arbitrario (intervenir siempre o dejar de intervenir) y estará siempre  ligado  a los principio de legalidad y proporcionalidad.

Estando al final de la legislatura y desde una posición de izquierda, pediría al menos, a los partidos que se sitúan en esta orilla, que hiciesen un esfuerzo en la redacción de los programas futuros municipales, en pasar de lo abstracto o conceptos que políticamente aparecen como modernos en léxico policial, a dotar de contenidos las propuestas, con imaginación y valentía. A comprometerse que pasado un año desde las elecciones, después de escuchar a todos los actores políticos, sociales, y profesionales de los municipios, fuesen capaces de elaborar programas directores, para saber la ciudadanía y los profesionales de la policía, por donde transitaremos.

El tiempo nos dirá.



viernes, 1 de febrero de 2019

Reflexiones sobre la promoción en la Policía Local de la Comunidad Valenciana


Comparativa con el acceso al resto de puestos de la función  publica local.

Por Amparo Gimeno Andrés

¿ Somos personal funcionario de la administración local?

Sabido es que dependemos  de las Corporaciones locales y de las normas reguladoras de las mismas, al igual que  el personal funcionario  de urbanismo, recursos humanos, contabilidad, cultura, régimen jurídico,  servicios sociales, etc. lo cual,   con el paso  de  los años me ha llevado a una reflexión que quisiera compartir.

Hace ya muchos  años, aprobé como agente de policía local; Al mismo tiempo que yo, una compañera  aprobó como  auxiliar administrativa  en la misma  administración. Ya entonces el examen que hizo una y otra fue muy diferente,  claro pensé yo, para ser policía hay que demostrar mucho mas,  has de estar en forma, estar sana , demostrar conocimientos  muy específicos etc.  en aquella época, lo entendí.

Pasaron los años y  ambas quisimos promocionar. Yo tuve que volver a  pasar por un sin fin de pruebas para conseguirlo: otra vez  pruebas físicas, otra vez  demostrar  mi  aptitud     psicológica , volver a demostrar mis conocimientos técnicos, volver a desarrollar un  temario casi igual que el anterior,  volver a  demostrar que sabia escribir y traducir la lengua valenciana, demostrar conocimientos  prácticos, volver a demostrar conocimientos sobre el término  municipal en el que llevaba trabajando un  sinfín de años, volver a demostrar que estaba sana con un reconocimiento médico …,  ella , no obstante  sólo tuvo que demostrar conocimientos técnicos . “curiosa diferencia”. 

¿Por qué ella no necesitaba  demostrar que sabia valenciano, no necesitaba estar sana para   ascender, no necesitaba conocer el término municipal en el que trabajaba? Ah, y tampoco necesitaba  pasar por un curso básico en ninguna escuela  para que se consideraba que era apta.

Sin hablar de la tasa.  A ella  optar a examinarse le costaba  50€, (25  multiplicado por dos pruebas) y a mi 250€ (25 multiplicado por 10 pruebas: psicotécnico, pruebas  físicas, cuestionario, tema actualidad, desarrollo, valenciano, supuesto practico,  reconocimiento medico y grupo V.)  Buf  “demasiadas diferencias” ; cuanto más se ha repetido esta situación, más injusta y descabellada he visto la desproporción.

Y es que el colectivo de policías   a veces pienso que somos “masoquistas”; durante años    nos hemos  legislado  desde el propio colectivo  y nos  hemos  legislado, siempre con la  premisa de  querer lo mejor, de exigir la máxima profesionalidad y  de que ,quién  formarse la escala de mando fuesen las personas mas aptas, mas capacitadas, mas  preparadas posible pero  a la vez “ en contra” del  sentido común .

Así pues, después de una larga carrera profesional  he llegado a la conclusión  de que  los únicos factores que debería tenerse en cuenta para  promocionar  son aquellos  en los que se pueda medir la capacidad de mando, de liderazgo, de dirección y gestión de grupos, y por supuesto conocimientos técnicos suficientes como para   establecer una diferencia con la escala básica.

No creo que  superar  una pruebas físicas  sea  determínate para demostrar que se es capaz de mandar o dirigir; tampoco creo que sea necesario demostrar capacidades  medidas con test aptitudinales  tras  haberlas demostrado ya en el acceso; por otro lado, determinadas dolencias físicas propias de la edad ¿realmente invalidan para el mando?  Será algún mando mejor o peor porque le falle el oído, por ejemplo …?

Estoy segura de que much@s de vosotr@s  os reconoceréis  en estas reflexiones,  habréis  “sufrido” e invertido tiempo  que no teníais, restado  a vuestras familias  para cumplir un sueño… que no pudo ser, por un mal día, por una lesión, por una otitis… (que absurdo,  porque sí seguisteis siendo policías.)                                                                                                             
La nueva ley , su apuesta por la carrera profesional y todo el desarrollo que de ella se va a hacer  nos da la ocasión de  cambiar el futuro, de cambiar el camino a seguir, de que el procedimiento que se establezca   sea suficientemente ágil para cubrir vacantes de mandos de forma permanente y en un plazo lógico para atender necesidades de estructura y  organización y sin tener que   someternos  a “ un calvario” que no conduce a ninguna parte .

Volvamos a la comparativa del principio, seamos  como el resto de personal de nuestra administración: valoremos conocimientos  técnicos específicos y   pruebas de carácter práctico   y dejemos  el resto para el  Plan de prevención de riesgos  laborales por ejemplo.
  •  Necesidad de mantenerse en forma física como parte del trabajo diario:  SI
  •  Necesidad de vigilar y mantener la capacidad psicológica adecuada:    SI
  •  Necesidad  de  conocer el municipio por el que se desarrolla nuestro cometido:  SI
  •  Necesidad de  conocer la lengua de nuestra comunidad y otras muchas:   SI
… pero  para  tod@s y para continuo,  NO para  marcar la diferencia en la promoción.


Un Saludo.
Amparo Gimeno Andrés.

viernes, 25 de enero de 2019

El Alumno Linterna: La gestión de conflictos en la comunidad escolar desde la Policía Local



Por David Garfella
Inspector Policía Local




1.RESUMEN.
“Una Policía moderna y comprometida con los valores de la actual sociedad , toma como referencia: la vocación, el servicio a la ciudadanía, la prevención y la proactividad, así como otros valores como la especialización, la colaboración con el tejido social y la participación ciudadana. (Revista Eurocop No5 , 2014)
La Policía trabaja por y para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, especialmente obligados por mandato constitucional, en la defensa del libre ejercicio de sus derechos y libertades fundamentales, esta misión no es ajena a la Policía Local, que como una Policía actual basa su modelo de actuación en la construcción de estrategias para adelantarse a los cambios sociales.
Un ámbito de actuación policial  preferente es la participación, aportación e implicación en la comunidad educativa, en dos sentidos, uno mostrando con transparencia quiénes somos y que podemos ofrecer a la sociedad para, de esta forma,  generar legitimidad  y confianza entre nuestros ciudadanos y por otro lado participando activamente como agentes socializadores, intentando inculcar valores de ciudadanía, de civismo y de convivencia  a nuestros niños y jóvenes.
Los alumnos y alumnas  de los centros escolares de hoy, son los ciudadanos del mañana, por ello se hace más necesario la intervención con estos en forma de políticas de prevención , asentando y consolidando una cultura de la resolución no violenta de los conflictos, del dialogo, de estructurar las bases de convivencia con el otro, con el diferente ,  para llegar a una convivencia profunda entre todos los ciudadanos puesto que la convivencia genera confianza en la sociedad y la vez  genera seguridad, último fin de la misión de los policías; generar un sentimiento de seguridad en sus ciudadanos.
La  escuela se ubica en un entorno social que determina la realidad que lo rodea y las características propias del alumnado y de las familias que participan. La tarea educativa de los niños, niñas y de los jóvenes en general no es responsabilidad exclusiva del ámbito escolar, sino que es indispensable el trabajo del conjunto de la sociedad que conforma el entorno escolar.
Por lo tanto, desde hace algunos años, la coordinación, el trabajo en red de los diferentes ámbitos de los servicios públicos de educación, de salud, de servicios sociales, de menores, de juventud y de policía local en el ámbito municipal se hace absolutamente necesario y se viene promocionando.
La escuela, y quienes la componen son, sin lugar a dudas, reflejo de su sociedad, y en ella encontramos los mismo estereotipos  y prejuicios que podemos encontrar en esta, las mismas injusticas, los mismos abusos, y las mismas desigualdades, los niños, las niñas, los y las jóvenes, muestran los mismos patrones conductuales que aprenden de su núcleo familiar, personas de referencia, grupo de iguales… y este lo vemos reflejado en las aulas, en las relaciones entre alumnos.
Por ello es tarea de la Policía conocer a sus ciudadanos ( y los niños/niñas y jóvenes lo son)  y saber responder  a sus necesidades , así como gestionar los conflictos de cualquier índole  que surgen de la diversidad cultural y la convivencia comunitaria en espacios tan importantes como la comunidad educativa.
Por ello, aquí se intenta traer un modelo de trabajo con la comunidad educativa basado en la mediación escolar fomentada por Policías Locales denominado: “Los alumnos linterna”, que es en síntesis, un empoderamiento de determinados alumnos de centros escolares, donde se les instruye, enseña y acompaña desde la Policía Local, pero también desde otras instancias en  valores, en civismo, en convivencia y sobre todo se les implementan métodos en resolución de conflictos, con una herramienta excepcional: la mediación.
El alumno linterna , es en conclusión,  una nueva forma de empoderamiento de los principales implicados en la erradicación de la violencia en el ámbito escolar, de cualquier forma de discriminación, de desigualdad, y son a su vez ejemplo para sus compañeros y compañeras.

La relación del alumno linterna y de la Policía Local es prolongada e intensa.Prolongada pues ya en los primeros cursos de educación secundaria, y con ayuda del profesorado se van incorporando nuevos candidatos, se les comienza a instruir en contenidos prácticos y teóricos de métodos de resolución de conflicto y ene esta formación está el policía socializador, tanto como asistente a la propia formación , mezclado entre los alumnos, fomentando la cercanía, como dando alguna de las sesiones de las formaciones.

Posteriormente y una vez finalizada la formación inicial, se mantiene un contacto con ellos, se organizan diversas reuniones de convivencia, junto con el profesorado, padres y otros implicados y en mesas redondas, se establecen debates y diálogos que generen preguntas y soluciones a problemáticas del centro, de cada reunión se establecen actas y acuerdo con una prioridad mensual , salvo conflictos graves.

Así mismo, el contacto se mantiene de forma continua mediante un APP, que en principio está destinada a todos y todas los/as alumnas, pero que en su desarrollo establece sistemas de comunicación directa e incluso anónima con el policía socializador.

Como objeto final del proyecto, pretendemos potenciar actitudes y que estos realicen funciones  que impliquen la desaparición de estas conductas mediante la vigilancia y  la intervención en sucesos leves cuando sea necesario , potenciando la tolerancia y  la responsabilidad en un ejercicio que implica el conocimiento teórico pero también la firme convicción de que ninguna agresión debe ser tolerada, ninguna víctima debe quedar desamparada, ningún conflicto debe ser resuelto con violencia, es por ello  un ejercicio de valores , que potenciarán aspectos como la empatía, la responsabilidad, la cooperación y la confianza entre iguales.

Este proyecto se desarrolla por la Policía Local de un municipio de 17.000 habitantes, y en un Centro de Educación secundaria con alrededor de 600 alumnos.

2. INTRODUCCION “ADOLESCENCIA, LA TIERRA DE NADIE”.

La adolescencia se contempla como el viaje o proceso de transición entre la infancia y la vida adulta dejando atrás la inmadurez de la primera, para preparar la adopción de los roles y desafíos que caracterizan la segunda. También se asocia al concepto adolescencia el inicio de transformaciones biológicas y fisiológicas de la pubertad, pero sin embargo, estas son solo una nota al pié de todos los cambios que se dan junto con esta. El final se alcanzará con la integración social plena, es decir, con la incorporación al mundo del trabajo y su progresión en la vida laboral.

Podemos afirmar que el esbozo del concepto de adolescencia que acabamos de hacer, se refiere a la visión tradicional de la misma, pues como veremos a continuación, en la actualidad todos estos ítems que definen forma, modo y fin, han variado notablemente.

En primer lugar delimitaremos el concepto de adolescencia. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define como periodo adolescente el comprendido entre los 10 y 19 años de edad, y la juventud entre los 15 y 24 años. Horrocks (1984) por su parte aprecia tres períodos de adolescencia: la adolescencia temprana o preadolescencia (11-13 años), la adolescencia media (14-16 años) y la adolescencia tardía (14-20 años). Silber (1992) sin embargo afirma que la pubertad comienza con cambios biológicos, pero más bien es su significado psicológico y social es el que determina la experiencia adolescente.

Ahora bien, ¿cuál es la realidad?. Actualmente estos marcos temporales quedan obsoletos pues no representan las formas actuales de adolescencia y juventud. Las actuales promociones juveniles de nuestra sociedad duran más tiempo que la infancia, incluso se percibe que la adolescencia y juventud resultan ser demasiado largas, provocando ese significado alternativo a concebir la adolescencia como un viaje o proceso de transición entre la infancia y la vida adulta. Se puede decir que en nuestros días no se pasa por la juventud sino que se está en ella de muchas formas.

Esta prolongación en la etapa adolescente supone que las nuevas generaciones sean muy diferentes a las previas. Una de las diferencias más destacadas respecto a las promociones juveniles de otras épocas es la precocidad con que los y las adolescentes actuales se inician en diversas experiencias perniciosas  como el consumo de alcohol, drogas o el uso de las TIC, muchas de estas conductas son adquiridas mediante métodos de aprendizaje vicario o de imitación, mediante la observancia de conductas , siendo el principal canal de aprendizaje internet, y las redes sociales.  Hecho que debería hacer reflexionar sobre la posibilidad de intervenir en la adolescencia de forma más temprana y de diferente modo.

Es imposible definir la adolescencia sin incluir el período de cambios físicos, psicológicos y de re-situación que esta implica, pero hay que tener en cuenta que el individuo forma parte de un contexto social determinado. Contexto social que se ha ido desarrollando de forma más compleja en la última década, por lo tanto influyendo también a la población más joven. La complejidad del cambio viene unida, en gran medida, a los nuevos medios tecnológicos de comunicación e información. Es probable que debido a través de estos medios tecnológicos los niños de hoy sean mucho más precoces en diversos aspectos, ya que tal y como afirma A. Bernárdez, a través de su uso los niños y niñas acceden a territorios simbólicos propios de los adultos que les estarían vetados en otras épocas.Así mismo, los fenomenos de imitación de conductas consideradas “existosas” para cierto sector de la población juvenil, que se caracterizan , en algunos casos, por una enorme violencia física y verbal, el concepto de mujer como objeto, y un rechazo del considerado diferente , son esteriotipos y prejuicios que sin dudad debemos corregir en aras de conseguir una sociedad futura más justa, mas solidaria y más “ humana”. 

La adicción a las nuevas tecnologías también forma parte de este bloque de conductas precoces como ya se adelantaba anteriormente . No podemos poner en duda la importancia de los canales comunicativos de carácter tecnológico en la población joven ya que un sector muy amplio de adolescentes son usuarios de ordenadores, móviles e Internet. Los nuevos medios de comunicación han alterado de forma revolucionaria la manera de relacionarnos, y sobre todo la de los adolescentes, que son uno de los sectores poblaciones que mayor uso realizan de los nuevos tipos de comunicación tecnológica. Las nuevas tecnologías son para los adolescentes un lugar propio y un espacio simbólico, donde interaccionar y adoptar una identidad. Destacar, aunque sea una evidencia, que el teléfono móvil se ha convertido hoy en día para los chicos y chicas en edad adolescente algo más que un medio de comunicación.
Casi el total de población adolescente dispone de uno y, todos hacen de este un uso personalizado. Es decir, el móvil se ha convertido en un modo de afianzar su identidad personal y grupal, por ser el medio por el cual pueden mejorar la socialización en su entorno más inmediato además de adquirir un rol e identidad. Este uso o abuso del teléfono móvil, tiene lugar en una etapa donde la maduración psicológica se está formando y puede llegar a provocar un grave problema de adicción al mismo.

En síntesis, debemos de reflexionar acerca de si es necesaria una reorganización en el campo de la prevención y acción de las instituciones encargadas del público adolescente y juvenil, además de abordarlas desde una perspectiva actualizada que trate de forma real los problemas que en la adolescencia nacen, adaptada a los principios del modelo policial de proximidad y conjugándolo con las nuevas tecnologías que reinan y forman parte de la vida cotidiana de la población juvenil.


3. METODOLOGIA.

La introducción que en las páginas anteriores se hace no es gratuita, pues es la base teórica para encaminar una acertada metodología.Es necesario unir la variable adolescencia junto con su explicación conceptual a la variable convivencia, para darle un sentido a lo que con el presente proyecto se pretende conseguir.

Si sintetizamos la información dada anteriormente llegamos a tres conclusiones, en primer lugar, los adolescentes son mucho antes adolescentes que en épocas anteriores pero también tardan más en dejar de serlo,  en segundo lugar, la precocidad en el inicio de conductas de riesgo es cada vez mayor, en tercer lugar el cual de comunicación con los jóvenes pasa por las nuevas tecnologías de forma innegableble. Con estas dos conclusiones podemos llegar a formular una hipótesis, ¿son adecuadas las medidas de prevención que se están llevando a cabo?.

No podemos dar una respuesta unánime a esta cuestión, pues en la tarea de prevención son muchos los factores que intervienen. Desde un punto de vista crítico se podría decir que en ocasiones los planes tardan en llegar, pues como veíamos las conductas de riesgo se dan cada vez más en edades tempranas mientras que los planes de prevención desde las instituciones públicas llegan a mitad de adolescencia. También se podría hacer una crítica a la forma o modo en el que se ofertan estos planes, en la mayoría de casos el problema no es en si del formato del plan sino del poco interés que muestran los adolescentes a su propuesta. Por tanto, hay que buscar la forma de hacerlo atractivo al público adolescente además de darlo en el primer momento en que aparezcan estas conductas de riesgo.

Con el presente proyecto lo que se pretende es sencillamente esto, dar un formato atractivo a un plan de prevención multidisciplinar para adolescentes así como suministrarlo en las edades donde su efectividad será mayor.

Mientras compilábamos la base teórica de este proyecto, y después de algunas ideas incompletas, llegamos a la conclusión de que lo más atractivo que hay hoy en día es la tecnología, pues ¿por qué no ofrecer un plan de prevención apoyado por un  formato digital?. Algunos podrán pensar que esta idea es controvertida pues, desde muchos ámbitos como el escolar o el familiar se intenta luchar contra el uso o abuso del móvil, pero esta lucha es inútil, pues las nuevas generaciones han nacido ya con un móvil bajo el brazo, es decir están indiscutiblemente ligados y familiarizados a la tecnología. Entonces, ¿Por qué no intervenir desde un espacio donde se sienten cómodos y es uno de sus centros de atención?, es decir educar y formar con la tecnología, empoderar y enseñar desde las aulas.

Por lo tanto en nuestro proyecto conjugamos policia, prevención, mediación y herramientas ofimáticas como canal de difusión , apoyo y comunicación con la población diana del proyecto.

NUEVAS FIGURAS PARA LA TAREA DE PREVENCIÓN MEDIANTE TRABAJO EN  RED: EL POLICÍA SOCIALIZADOR Y EL ALUMNO LINTERNA.

En primer lugar, pasaremos al desarrollo del modelo, del perfil, funciones e incluso “status” del “policía socializador”, y su binomio con el “alumno linterna”.

Desde la Policía Local y en concreto desde el presente proyecto hemos creado dos nuevas figuras para la prevención, y la resolución de conflictos en el ámbito escolar como son: el policía socializador y el alumno linterna. Estas dos figuras se complementan y trabajan en red, es decir, se interrelacionan  con  todas las autoridades, departamentos, instituciones y organizaciones que se encargan de la prevención en materia de menores.

Pasamos a detallar más detenidamente estas figuras:

a)La Policia: Un Nuevo Agente Socializador.

Atrás queda la visión represora que la ciudadanía tenía de las policías, pues con la llegada de la democracia los cuerpos policiales han ido progresivamente incorporando un cambio en la metodología y finalidad de los mismos para consigo acabar con el temor a los institutos armados y así producir un cambio social hacia la proximidad entre agentes de la Ley y ciudadanos. El presente proyecto hace eco de la Policía Local como Institución en abstracto, y en concreto de un nuevo modelo de Policía Local integrado dentro de las policías modernas, próximas, cercanas y legítimas ante el ciudadano.

La Policía Local actualmente se configura como un Instituto armado, de naturaleza civil, con estructura y organización jerarquizada, bajo la superior autoridad y dependencia del Alcalde[1].

En el presente, la Policía Local como en toda sociedad democrática y moderna, es parte integrante del conjunto de elementos sociales y se considera como un Agente social especializado en la defensa global de la calidad de vida de la colectividad. Es pues el vértice de la pirámide de autoprotección social, a la par que es un generador de conciencia cívica. 

Frente a la concepción tradicional de la Policía, como ejecutora del control social con funciones meramente represivas, se incorpora la idea de la Policía preventiva, que en un primer momento también cumplía con las funciones de represión. Hoy en día el papel del Policía no se limita solo a la persecución del delincuente sino también a informar  y asistir a la ciudadanía, y a colaborar con la vida social.

En el caso particular de la Policía Local del municipio objeto del proyecto , estos parámetros se cumplen a la perfección, siendo una policía proactiva, por y para dar servicio a todos sus ciudadanos, innovando, perfeccionando e implantando modelos de policía exitosos en otros municipios.

Esta última función, la de colaborar con la vida social, es la que nos interesa para el presente proyecto pues a raíz de esta podemos justificar una nueva figura policial, el Policía como agente socializador.

Como hemos visto, la Policía como Institución se ha visto transformada y adecuada según el contexto social y los tiempos hasta llegar a la actual concepción del policía como medio de prevención. Esta visión se puede segregar en varios tipos de policía, pues aunque compartan el mismo fin, prevenir, la forma de llevarlo a cabo así como los medios son distintos. Así pues podemos ver agentes destinados a la seguridad y el tráfico, otros como policías de barrio, unidades de distrito, etc. Sin embargo, existe un área en la que la Policía incide o negativamente o en sentido positivo pero sin apenas repercusión social, en los las  adolescentes. Los policías son para estos o el enemigo o la persona que de cuando en cuando viene al instituto a dar una charla.

La policía podría llegar a ser más cercana en este sector de la sociedad, pues dejando de lado la función de control, manteniendo la finalidad preventiva y añadiendo una función educativa moderada, se daría una nueva figura: el policía como agente socializador.

Es decir, ¿por qué no concebir al policía como un educador más para la socialización del individuo? La figura policial es una referencia de respeto y admiración para todos los jóvenes en edades jóvenes, aunque en ocasiones cuando estos se declaran en rebeldía ocurre todo lo contrario, supone un reto o es considerado como el enemigo. Si el ámbito policial estuviera presente desde las primeras etapas académicas en el centro educativo de enseñanza secundaria este comportamiento negativo posterior podría variar. 

Sintetizando, si incorporamos la figura policial como un agente más al que el menor esta expuesto para su imitación, potenciaremos sus actitudes y aptitudes positivas para una posterior adecuada socialización. Además se “normalizala figura del policía en centros escolares.

Cuando nos referimos al policía como educador no es en el tenor sentido de la palabra educación, pues en ningún momento se pretende abarcar la figura del profesor, pero si de alguna manera incidir en la educación cívica y educación en valores de ciudadanía, pues esta nueva tarea no es más que seguir con uno de los cometidos delegados en la Policía Local, la autoprotección social y una forma de participar de forma activa en la vida social.

Actualmente el modelo más similar está implantado en las Islas Baleares por la Conselleria de Innovación, Interior y Justicia. En este caso recibe el nombre de Policía Tutor, y se enmarca dentro del Programa de Policía Local y Juventud. Una de las funciones principales de esta figura es la protección del entorno escolar y la resolución de conflictos que puedan surgir dentro de este ámbito, en coordinación con los servicios que trabajan con menores de edad. Entre las características que se identifican en el policía tutor son proximidad, integración en el entorno escolar y la mediación en conflictos donde los protagonistas sean menores.

Si bien pretendemos además de otorgar seguridad en el exterior de los centros educativos, evitar y prevenir el absentismo escolar, dar un paso más e implicarnos en la formación como cuidadores de los futuros ciudadanos, participando como un recurso municipal más en su educación, buscando llegar a toda la sociedad en esa función que nos otorgan las leyes, es decir “mejorar la calidad de vida de los ciudadanos”.

Modelo de Policía socializador

o       Fundamentos de derecho.
Los menores por el hecho de serlo, y por la especial condición evolutiva de su personalidad, son merecedores de una protección especial por parte de la sociedad en general, y en particular de los organismos oficiales competentes.

Uno de los aspectos más importantes del proceso de socialización hacia el camino de desarrollo de los menores, es el marco normalizado de convivencia de los centros educativos.

En diferentes ocasiones, hechos como el absentismo escolar, el vandalismo, el consumo de alcohol, de sustancias tóxicas, las agresiones, etc. Producto de conductas antisociales, hacen que se rompa el núcleo de lo que representa la escuela. Por todo esto, dichos hechos tienen que ser abordados no solo por la sociedad civil, sino por las administraciones públicas competentes.

La Constitución Española de 1978 obliga a los poderes públicos a asegurar la protección social, económica y jurídica de los menores de manera especial y efectiva. El artículo 39 dispone que “los niños disfrutarán de la protección prevista en los acuerdos internacionales que velan por sus derechos”. También el Estado español firmó la Convención relativa a los derechos de los niños en la Asamblea General de Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989 y la Carta Europea de Derechos del Niño aprobada por Parlamento Europeo (A3-0172/929), entre otras normativas nacionales e internacionales relacionadas con la protección de los menores.

Con respecto a la Comunidad Valenciana, con la aprobación de la Ley Orgánica 5/1982 de 1 de julio, de Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana, posteriormente reformado por Ley Orgánica 1/2006 de 10 de abril, vemos en su artículo  49.25º reconocida la competencia en materia de juventud. Por lo que las Instituciones valencianas deberán crear las acciones y medidas oportunas para garantizar una buena política en materia de juventud.

o       Funciones básicas de la Policía Local en materia de menores de edad.

El objetivo y la función principal que cumple la Policía Local es asegurar el bienestar de los ciudadanos, defendiendo a integridad y proporcionando seguridad y protección. En este sentido, los menores son uno de los sectores de la población más vulnerables y desprotegidos.

Las funciones generales de actuación de Policía Local, dentro del marco normativo de sus competencias relacionadas con la protección del entorno escolar y la vigilancia de las conductas de riesgo entre los menores de edad dentro del medio abierto, son las siguientes:

o       Vigilar el exterior de los centros escolares, especialmente en horas de entrada y salida de alumnos y en horas de descanso. La función en este caso es inicialmente la prevención de posibles hechos delictivos o la prevención de infracciones. Además de garantizar la seguridad de todos los usuarios de los centros docentes.
o       Regular el tráfico en las horas de entrada y salida, con la doble función e garantizar la seguridad vial especialmente en los más pequeños y detectar posibles hechos ilegales en el entorno escolar.
o       Detectar y controlar las zonas, los locales o los espacios públicos frecuentados por menores en los que se puedan realizar actividades ilícitas de consumo de alcohol o de sustancias tóxicas ilegales, o de cualquier actividad de riesgo para la salud de los menores de edad.
o       Vigilar y controlar el uso de sistemas de seguridad para menores en los vehículos turismos, motocicletas y ciclomotores.
o       La Policía Local no sólo interviene cuando los hechos ya se han producido, sino que tiene un papel importante en la prevención de conductas de riesgo, y conductas de las que sean objeto los menores.

o       Definición de policía socializador y referente.

El Policía socializador es un miembro de la Policía Local, con formación específica, especializado en cooperar en la resolución de conflictos privados[2] y en el entorno escolar, asignado expresamente a solucionarlos. Es pues un colaborador próximo que facilita la resolución de estos problemas, incluidas las conductas de riesgo relacionadas con menores dentro del medio abierto.
Es un Policía Local dedicado especialmente a colaborar con el mundo educativo y con los profesionales del ámbito escolar, sin perder la condición de agente de la autoridad y todo lo que ello representa.


o       Características.

-Proximidad
-Integración en el entorno escolar.
-Mediación en conflictos de menores.

o       Uniformidad.

Los policías socializadores son agentes de la autoridad uniformados o de paisano, según las características del trabajo que desarrollen. En caso de realizar las tareas asignadas de uniforme, se tiene que hacer con una uniformidad homogénea entre todos los policías socializadores del municipio o provincia, evitando en todo caso, la utilización de la uniformidad de intervención inmediata.

o       Elementos de comunicación.

Principalmente el canal de difusión a utilizar por los policías socializadores será la aplicación para móvil, facilitando así una comunicación bidireccional entre menores (también padres y profesionales) y policía. Dentro de la aplicación los canales serán el teléfono y correo electrónico.

o       Formación.

Los policías que se integren en el presente programa realizaran el curso de formación específica de policía socializador y trabajo con menores, en medida de lo posible. Organizado por la Institución de Policía Local y con la colaboración del área educación y de juventud del municipio o provincia.  Además los policías que intervengan como socializadores deberán realizar cursos anuales de reciclaje para mantener al día los conocimientos en cuanto a normativa, nuevas campañas, recursos, etc.

o       Funciones de los policías socializadores.

Además de las funciones propias de Policía Local, el policía socializador tiene otras tareas asignadas como son:

o       Pactar con los equipos directivos de los centros un plan de trabajo para desarrollar a lo largo del curso, donde se establezca el marco competencial para los agentes denominados socializadores.
o       Detectar casos de absentismo escolar, así como menores sin escolarizar para su posterior puesta en conocimiento a las instituciones pertinentes.
o       Vigilar y actuar a petición de los centros ante las conductas de riesgo y tener especial atención al acoso escolar.
o       Realizar charlas preventivas, informativas y orientativas dentro de las aulas en cuanto a temas de interés general para los alumnos.
o       Participar en actividades de educación vial, con una doble función: la del aprendizaje por parte de los alumnos de las normas básicas de circulación y civismo, y la de acercamiento y conocimiento de estos agentes respecto a los alumnos.
o       Conocer los manuales de autoprotección escolar y colaborar con los centros docentes en la redacción y evaluación de estos.
o       En el caso de conflicto entre menores, actuar de acuerdo a los principios de la mediación y como mediadores en el conflicto.
o       Reunirse periódicamente y estar en contacto permanente con los centros escolares y los servicios sociales municipales o comunitarios para asegurar un buen traspaso de información entre las partes, y así garantizar el trabajo en red.
o       Actuar a petición de los centros escolares en relación al consumo de tabaco y drogas tóxicas, sustancias estupefacientes y drogas tóxicas.
o       Controlar, vigilar y prestar atención a las víctimas menores de edad, relacionadas con las nuevas tecnologías de comunicación, como Internet o teléfonos móviles. Además, visitar los espacios de la red frecuentados por menores, revisando los contenidos relacionados con los municipios de trabajo de cada policía socializador, y poner en conocimiento a la autoridad competente los hechos que puedan ser constitutivos de infracciones a la norma existente.

o       Trabajo en red

El trabajo en red entre los policías socializadores y los diferentes servicios e instituciones que trabajan con menores de edad es de gran importancia, ya que el éxito del programa está en el trabajo conjunto en que se articulan las acciones necesarias para mantener y fomentar las relaciones entre el personal del mundo educativo, social, familiar, policial y judicial.
Por ello es de vital importancia para el proyecto mantener una coordinación viva entre policía, ámbito sociofamiliar y servicios sociales comunitario.

o       Elaboración de la memoria anual de actuaciones.

El ayuntamiento del municipio objeto del proyecto tiene que reunir anualmente todas las áreas implicadas en este proyecto para evaluar su funcionamiento, y elaborar una memoria anual de actuaciones para poder realizar un balance de las acciones y conocer mejor la problemática del municipio relacionada con los menores de edad en los diferentes ámbitos.

La Institución de Policía Local solicitará al ayuntamiento al finalizar el curso escolar los datos de memorias de actuaciones por servicios sociales comunitarios con el objetivo de elaborar una memoria conjunta de actuaciones de todos los agentes en red.

o       Evaluación y seguimiento del programa.
Las instituciones públicas implicadas en el proyecto crearán un sistema de auditorías dirigidas a la mejora continua del servicio de policía socializador.

FUNCIONES CONCRETAS DEL POLICÍA SOCIALIZADOR RESPECTO DE LA MEDIACIÓN.

Definidos exhaustivamente los fundamentos que se basan en la figura del Agente socializador, pasamos a detallar , las funciones propias que s están desarrollando en la mediación escolar.

No cabe duda, que en el propio concepto de mediación escolar, encontraros a alumnos y alunas que reparan sus diferencias y superan sus conflictos con la ayudad y dirección de un igual, es decir otro alumno y alumna y todo ello en el ámbito escolar.
Lo que proponemos, no es suplantar esta importante figura del mediador escolar, pretendemos: ayudar, asesorar, formar, compartir y transmitir nuestros puntos de vista a estos mediadores , especialmente empoderados, especialmente sensibles al compromiso social , a crear convivencia.Por lo tanto, mediante una formación inicial, en la cual participa policía, mediante un contacto constante , y una ayuda supervisada, creada y ofrecida por Policía Local, una Aplicación para Telefonía móvil y tableta, mantiene esta vinculación ,a acudir en su ayuda, dar consejo y porque no; aprender y enriquecernos de esta experiencia y de estos alumnos linterna.Por ello , procedemos a explicar de forma más exhaustiva esta  figura de alumno linterna.

EL ALUMNO LINTERNA: EL EMPODERAMIENTO DE MENORES PARA LA RESOLUCIÓN Y DETECCIÓN DE CONFLICTOS ENTRE IGUALES.

El alumno linterna es una nueva forma de empoderamiento de los principales implicados en la erradicación de la violencia en el ámbito escolar, de las desigualdades, y d los conflictos sean del ámbito que sean. Con esta figura se pretende potenciar actitudes y funciones en los alumnos que impliquen la desaparición de estas conductas mediante la vigilancia e intervención en sucesos leves en caso de ser necesario, potenciando la tolerancia y la responsabilidad en un ejercicio que implica el conocimiento teórico pero también la firme convicción de que ninguna agresión debe ser tolerada, y ninguna víctima debe quedar desamparada, un ejercicio por tanto de valores, que potenciarán aspectos como la empatía, la responsabilidad, la cooperación y la confianza entre iguales. Además el alumno linterna no solo tiene como objeto la exaltación de conductas de violencia  y abuso escolar sino que también deberá intervenir en las conductas de riesgo que se observen, potenciando así el rechazo a estas y haciendo campaña preventiva a través de ello.

Funciones

a.      Informar a los demás alumnos de la ayuda que el alumno linterna puede ofrecer.
b.      Realizar la ayuda individualmente o en actuaciones conjuntas con otros compañeros.
c.      Acoger al alumnado recién llegado al centro, y/o a compañeros más propensos a aislarse o a ser rechazados.
d.     Escucha activa a compañeros referente a conflictos que pueden tener, y sus inquietudes, sin enjuiciar, aconsejar ni criticar.
e.      Detectar conflictos y discutirlos en reuniones de grupo para afrontarlos de forma adecuada antes que aumenten.
f.       Ayuda en la resolución de conflictos entre iguales mediante la mediación escolar.
g.      Derivación de casos donde no se sepa cómo actuar, aquellas que sean agresiones físicas, así como personas implicadas que reflejen dificultades personales serias.
Valores
o       Confidencialidad: mantener el secreto y el silencio sobre las cuestiones íntimas, personales o dificultades que expresen las personas a las que se trata de ayudar.
o       Compromiso: colaboración con el equipo de alumnos ayudantes, y con su propia actitud. Siempre dispuesto a prestar la ayuda, y atento a quien la pueda necesitar.
o       Respeto: por cualquier persona y en especial por quien solicita la colaboración.
o       Solidaridad: buscar la empatía sobre los demás, buscar los puntos de encuentro y no las diferencias.
o       Disponibilidad: estar siempre dispuesto a escuchar y ayudar.

Forma de actuar

o       Indagar y averiguar el problema.
o       Identificar quienes participan en el problema, quienes son los causantes, los posibles perjudicados y los implicados.
o       Averiguar como se siente cada parte y que pretenden conseguir.
o       Reunir a todas las partes, que hablen, que escuchen con respeto.
o       Proponer alternativas al problema, propuestas y ayudar en la resolución en la elección de la mejor alternativa.
o       Pactar soluciones de mutuo acuerdo.

Herramientas:

Como es natural, el poner luz sobre estos hechos tan desagradables como lo es la violencia escolar, puede generar alguna reticencia en los alumnos, el sentimiento de inseguridad generado por el hecho de realizar esta “denuncia” de lo que ellos pueden observar, la forma en que otros compañeros lo entenderán, puede dar lugar a que no se generen informaciones por parte de estos alumnos.

Este obstáculo puede ser salvado mediante la aplicación de herramientas tecnológicas, es pues en este punto donde entra A.P.P’S Comunidad Escolar, como una nueva forma de contacto entre autoridades y alumnos, a la par que ofrecer una novedosa forma de ofrecer recursos preventivos.

Relación Policia Socializadora-Alumno linterna.

La relación del alumno linterna y de la Policia Local es prolongada e intensa.Prolongada pues ya en los primeros cursos de educación secundaria, y con ayuda del profesorado se van incorporando nuevos candidatos, se les comienza a instruir en contenidos prácticos y teóricos de métodos de resolución de conflicto y ene esta formación está el policía socializador, tanto como asistente a la propia formación , mezclado entre los alumnos, fomentando la cercanía, como dando alguna de las sesiones de las formaciones.

Posteriormente y una vez finalizada la formación inicial, se mantiene un contacto con ellos, se organizan diversas reuniones d convivencia, junto con el profesorado, padres y otros implicados y en mesas redondas, se establecen debates y diálogos que generen preguntas y soluciones a problemáticas del centro, de cada reunión se establecen actas y acuerdo con una prioridad mensual , salvo conflictos graves.

Así mismo, el contacto se mantiene de forma continua mediante un APP, que en principio está destinada a todos y todas los/as alumnas, pero que en su desarrollo establece sistemas de comunicación directa e incluso anónima con el policía socializador, pasamos a dellar la APP;
A.P.P’s Comunidad Escolar. Un Nuevo Recurso Preventivo Y Relacional.
Es en este punto donde reside la innovación  de nuestro proyecto, es el complemento por el que se articula nuestro núcleo de trabajo.

Innovación que nace del desconcierto hacia la ineficacia de los existentes medios y programas de prevención de conductas violentas y de riesgo en adolescentes y jóvenes, que como se explicaba anteriormente además de haber quedado obsoletos no se adaptan al panorama actual.  Además de que en muchas ocasiones los planes y campañas actuales dejan actores involucrados en la problemática en un segundo plano. Sin olvidarnos del colectivo de padres y madres, pues son un grupo de socialización vital para el buen desarrollo de la adolescencia y juventud, a la par que son responsables de los menores y de las conductas que de estos se desprendan.

o       ¿QUÉ ES A.P.P’S?

Es una Aplicación Policial para la Prevención y Sensibilización en la Comunidad Escolar.
Nace con la intención de ofrecer una nueva de herramienta de prevención de conductas violentas, antisociales y de resolución de conflictos  en adolescentes y jóvenes adaptada a las nuevas tecnologías, así como establecer una comunicación bidireccional entre los menores y la autoridad, como es en este caso la Policía Local. Así como dotar de protagonismo y a la vez responsabilidad a los menores en el ámbito de la prevención.
Por otro lado, se ofrece una herramienta paralela a A.P.P’s también destinada a la prevención de conductas violentas y de riesgo pero en este caso para padres, madres y profesionales. Con el fin de ofrecer información actualizada y de manera rápida, sencilla y directa a este colectivo. Además de un canal directo de contacto con Policía Local y otras Instituciones Oficiales involucradas en la tarea educadora y preventiva.

o       ¿A QUIEN VA DIRIGIDA?

A.P.P’S Comunidad Escolar va destinada a la población en edad adolescente, no quiere decir con ello que la población joven este fuera del público usuario de esta herramienta. La adolescencia según la Organización Mundial de la Salud es el período comprendido dentro de la juventud (de 10 a 24 años) entre los 10 y 19 años.
En un segundo plano y mediante la segunda aplicación móvil, A.P.P’S Familia y Profesionales, nos dirigimos a otro colectivo distinto al anterior: padres, madres y profesionales.

o       OBJETIVOS

o       Prevenir las conductas de riesgo más habituales en la población joven, como el consumo de drogas y la ingesta abusiva de alcohol. Así como prevenir la aparición y reproducción de conductas violentas como el bullying o el ciberbullying.
o       Facilitar recursos para afrontar la problemática diaria del centro, resolución de conflictos de baja intensidad, recursos didácticos para los mediadores, conocimiento de problemáticas más comunes en la juventud que pueden estar como verdadera causa detrás del conflicto que se pretende mediar.
o       Conectar la figura policial con el sector más joven y vulnerable de la población.
o       Desarrollar la figura del alumno linterna, como mecanismo de ayuda en la prevención de conductas de riesgo y violentas.
o       Potenciar el trabajo en red entre todas las instituciones y sectores poblaciones implicados.
o       Apoyar el autoaprendizaje y la autocrítica.
o       Ofrecer al colectivo de padres y madres una herramienta de ayuda

o       ÁREAS DE TRABAJO

o       Violencia de género
o       Mediación escolar.
o       Bullying
o       Ciberbullying
o       Consumo de drogas

o       INFORMACIÓN TÉCNICA

o       Programado en JQuery como aplicación Web, exportada para sistema  oAndroid usando phonegap.
o       Posibilidad de portabilidad a iOS y Windows Phone.


4. CONCLUSIONES.

El proyecto “alumno linterna”, cumple su tercer año de implantación, sus inicios en el 2015, fueron sin duda difíciles, en un contexto de crisis económica, de escasez de recursos públicos y donde la imaginación así como la ayuda de otros actores implicados , lo hizo posible.

En la actualidad se desarrolla en un centro de educación secundaria ( nos e ofrecen más datos para mantener el anonimato de esta obra), en un municipio  de 17.000 habitantes aproximadamente.

Los resultados no han sido evaluados de forma científica al menos, la crisis económica ha limitado los recursos económicos y personales y los esfuerzos s han dedicado al trabajo de campo en el centro educativo, por ello es no es posible realizar une studio de variables, comparativas , etc.

Si es constataba por los autores del presente, el hecho que estamos en la tercera promoción de alumnos linterna, que la relación entre policia socializador-alumno linterna es fluida, que actualmente algunos antiguos alumnos linterna, y fuera del centro  escolar por diversos motivos como lo es el hecho d finalizar los estudios, siguen vinculados al proyecto y participan aportando sus experiencias en este proyecto en los cursos de nuevas alumnos linterna, y por supuesto como ciudadanos plenos tienen una implicación más allá de lo exigible en la vida social del municipio, colaborando como agentes ni-rumores en algún caso.
La aplicación del móvil y tablet ha sido utilizada con normalidad, pero no ha sido posible su actualización, por lo que se debería revisar y actualizar para corregir algunos errores detectados en estos años.

Por último, y como conclusión final , evidentemente, pese a necesaria la adecuación del proyecto y el análisis de resultados, la percepción  es que el grado de conflictividad del centro de escolar de trabajo es menor, que la cultura de la resolución de conflictos está plenamente implantada, y que estos jóvenes la trasladan desde su ámbito escolar al ámbito personal y familiar.



[1]Artículo 52.1 LOFCS. Los Cuerpos de Policía Local son Institutos armados de naturaleza civil, con estructura y organización jerarquizada, rigiéndose, en cuanto a su régimen estatutario, por los principios generales de los capítulos II y III del título I y por la sección 4.ª del capítulo IV del título II de la presente Ley, con la adecuación que exija la dependencia de la Administración correspondiente, las disposiciones dictadas al respecto por las Comunidades Autónomas y los Reglamentos específicos para cada Cuerpo y demás normas dictadas por los correspondientes Ayuntamientos”.
[2] Ley Orgánica 2/1986, de 13 de marzo, de fuerzas y cuerpos de seguridad, art.53 apt.i